En el último tiempo el uso del celular ha dado que hablar en diferentes ámbitos, especialmente en la música. La postal en conciertos durante esta década tiene al público con las manos arriba, pero no precisamente aplaudiendo, sino que utilizando el pequeño aparato que capturar el momento. Los smartphones se han transformado en un elemento natural para registrar el concierto.
Esto ha sucedido para varias agrupaciones que han tomado postura al respecto, como King Crimson, quienes en su show en Chile prohibirán el uso del teléfono. Diversas personas han criticado esta actitud, aunque otras lo apoyan. Pero, ¿a qué vamos al concierto? ¿Grabar o vivir la experiencia?
Con trascurso de los años, aparecen aplicaciones que generan la idea de remontar lo que haces, donde fuiste o lo que gusta realizar. En varios casos las personas se preocupan más de subir historias a Instagram que estar disfrutando de la música. No digo que grabar sea malo, o sacar un par de fotos, a lo que me refiero es que la idea de asistir a un show es disfrutarlo.
Aparte del caso de King Crimson, ocurrió con Jack White y Andrés Calamaro. Él ex White Stripes prohíbe el uso de teléfonos móviles en sus conciertos para que no le graben o saquen fotografías. A las personas que quisieran tener un registro, contrataron a un fotógrafo que accedió a ceder las postales al público. De esa manera el público estaría enfocado en tener una mejor experiencia.
Además, sucedió con Bob Dylan, quien dijo «pueden sacar fotos o no sacarnos. Podemos tocar o podemos posar. ¿De acuerdo?”. Esas fueron las palabras que anunció durante un concierto en Viena, al momento de que el público que le tomaba fotografías desde las primeras filas.
Es impresionante visualizar las fotografías donde más de la mayoría del público esta con el celular en sus manos. Siento atienden más al aparato que vivir el momento. ¿Pagar por un concierto donde estás pendiente todo el tiempo de tu teléfono? De alguna forma lo subirán a Internet o mejor, carpe diem. Vivan el instante, disfruten que tienen la oportunidad de presenciar a su artista en vivo y en directo. Está bien sacar fotos, pero no toda la presentación.
Finalmente grabamos o sacamos fotos por compromiso, más que por utilidad. Nuestra experiencia no termina siendo completa si no tenemos evidencia digital que demuestre que estuvimos en el lugar de los hechos.