Luego de un accidentado estreno el jueves pasado, que tuvo como protagonistas a las bandas Uada e Incantation, debido a que no lograron presentarse el día que tenían programado hacerlo, la producción decidió modificar los horarios del viernes agregándolas al cartel del cierre del festival, con ello también hubo cambios en el horario por lo que la Blondie abrió sus puertas a las 16:30 horas, el ambiente previo en las afueras del club era ameno y de mucha expectación por ver la presentación de las bandas agregadas.
La banda chilena Magnanimus fue la encargada de abrir los fuegos, su show inició a las 17:00 horas en punto. Solo media hora después de la apertura de puertas, el público que estaba presente para ver al trío no era numeroso, pero la energía estaba ahí. La banda presentó un show breve pero consistente y con buen nivel de sonido lo que los mantuvo atentos y entretenidos.
El primer punto alto de la jornada fue el de la banda americana de grindcore Full of Hell, quienes a las 18:00 horas hicieron explotar a los asistentes con su potencia y energía. La joven banda viene mostrando su más reciente disco «Weeping Choir», que ha sido muy bien recibido por distintos medios y críticos, incluyendo Rock a la Vena. Las canciones de este disco como «Burning Myrrh» y «Thundering Hammers» fueron las que mejor sonaron en vivo, la voz del joven vocalista Dylan Walker es sorprendente y las transiciones que Dylan programaba en su mesa hicieron que el show fuera aún mejor porque a pesar de que es grindcore y las canciones son cortas nunca se dejo de escuchar ruido de los parlantes. La potencia de este show hizo que se formara el primer mosh de la noche, que a pesar de no haber tanta gente en el igual fue intenso, dejando a todos bien preparados y mentalizados para seguir. Luego terminado su show los miembros de Full of Hell se acercaron a la gente y se tomaron fotografías, además, agradecieron la oportunidad de tocar y del cariño recibido.
A las 19:00 horas era el turno de otra banda de grindcore pero de Finlandia Rotten Sound, más experimentados supieron tomar la energía de Full of Hell y seguir en esa misma ola. Los europeos también salieron a la hora y ya con más gente la motivación creció, al igual que el mosh. La batería de Sami Lavta es lo que sobresale de este show y la habilidad del vocalista Keijo Niinimaa para sacarse de encima un problema técnico que surgió con el micrófono y debió seguir el resto del concierto con este desarmado. Al igual que Full of Hell los finlandeses fueron cercanos y agradecidos con la gente.
El segundo punto alto vino de los headliners originales de esta segunda jornada Dead Congregation, quienes a las 20:00 horas en punto tomaron el escenario dando un excelente concierto pero más largo de lo programado, ya que debían terminar un poco antes de las 21:00. Anastasis Valtsanis mostró un setlist con lo mejor de su discografía. Este concierto no tenía el mismo tipo de intensidad que las tres bandas anteriores, acá eso cambió por un sonido que tenía a toda la Blondie hipnotizada, tanto así que no hubo mucha actividad en el mosh durante el show y todos estaban atentos a la poderosa voz de Anastasis. Los provenientes de Grecia fueron los que juntaron a la mayor cantidad de gente como público, incluyendo miembros de Full of Hell y Rotten Sound.
Debido al percance sufrido el día jueves con las bandas que no habían logrado llegar al show, se les indicó a las personas que tenían entradas para ese día que podían estar presentes el viernes, a pesar de que se fue un poco de público luego de Dead Congregation, un gran montón de gente se quedó para ver a las últimas dos bandas y gran parte de la gente se empezó a esparcir por toda la Blondie, incluyendo las escaleras.
Media hora después de lo programado la primera deuda se saldó con el inicio del show de black metal Uada. Los encapuchados causaron un efecto parecido a Dead Congregation en el público, con solo luces blancas y humo lograron hipnotizar a los metaleros de la Blondie que seguían a esa hora con cervezas en sus manos y se dejaban llevar, movían la cabeza y cantaban al ritmo de los americanos, haciendo valer la espera para verlos.
Afectado por el pequeño cambio de hora a eso de las 22:30 horas empezó el show tan esperado de Incantation, banda que hace muchos años no pisaba tierras chilenas. La gente fue testigo de un cierre magistral y potente, ya después de tomarse todo solo cantaban y se movían al ritmo de los instrumentos. Destaco la personalidad del carismático John McEntee que no ha perdido para nada su magia, ya que durante el show de Uada se dio el tiempo de saludar a la gente y de sacarse fotos con ellos. Luego en los primeros acordes de «Entrantment of Evil» y de «Rites of the Locust» todo fue in crescendo y ya te imaginarás el tono del resto del concierto. Apenas empezó el show la reacción eufórica de la gente hizo que esos años en los que no vinieron desaparecieran.
Con esa fuerza es con la que terminó el Castration to the Priest 2019, todos los metaleros sudados y tambaleándose salieron en masa de la Blondie y en sus rostros se lograba percibir felicidad por lo vivido en este gran espectáculo .
El ambiente del viernes entre la gente era todo lo contrario a la rabia que había el día jueves. La productora Weapon of Conquest al solucionar un problema que surgió paralelamente a lo planeado con Uada e Incantation logró salvar el festival y con ello dejar a la gente feliz y cerrar con broche de oro una de las mejores jornadas de metal en Chile.
Review: Ignacio Bataller
Fotos: Diego Ojeda