Domingo 20 de Enero 2019 Blondie
La tarde de este Domingo se vivió una misa en la capital, pero no una misa cualquiera. Sino una comandada por la muerte, la oscuridad, el horror y el satanismo de los suecos de Watain.
Es sabido, que la banda usa dentro de su lírica la adoración por Satanás, los rituales de magia negra y que prácticamente le rinden culto a la muerte, por ello, no era para sorprenderse el hecho de que apenas se entraba al subterráneo de la Blondie se viera en el escenario una gran puesta en escena, la cual simulaba un castillo proveniente de lo más profundo del infierno y en el cual minutos más tarde estos seres del mal harían de las suyas. Y así fue, cuando el reloj marcaba aproximadamente las 20:15 horas sin mayores preámbulos las luces se apagan y emerge fuego desde las columnas del escenario, las cuales tenían el nombre de la banda, así como también cruces invertidas ubicadas en la parte delantera. Luego, con una intro de canto gregoriano lúgubre salen en medio de la euforia ,de la escasa, pero ferviente fanaticada que llegó hasta la discoteque subterránea de la Alameda.
Con “Storm of the antichrist”, la banda dio inicio a su potente presentación acompañados de un buen sonido y una puesta en escena que les hizo justicia. Los suecos ya estaban sobre el escenario dándolo todo.
El vocalista de la banda Erik Danielsson se mostró cercano con los fans en todo momento, dedicando canciones a la muerte y a Satán como de costumbre, agradeciendo al público por estar presente e incluso en un momento apuntando a uno de los guitarristas y entonando en un español muy bien pronunciado “Señoras y señores el diablo en Santiago de Chile” .
Luego prosiguieron en el setlist “Nuclear Alchemy”, “The child must die” , “Puzzles of flesh”, «Furor Diabolicus” y “Sacred Damnation” , todas acompañadas de un sonido aplastante y sólido y por supuesto de los incesantes headbangings y mosh pits en la parte delantera, por parte de la fanaticada, la cual no decayó en ningún segundo. La misa de la muerte ya era un hecho, a estas alturas.
Si bien, hubo una muy buena interacción con el público, la banda hizo lo que mejor sabe hacer, tocar, por lo que las clásicas “Underneath the Cenotaph”, “Malfeitor”y “Towards the Sanctuary” se encargaron de seguir entregando brutalidad a la noche, esta última generando el mosh más grande de la jornada.
Sin embargo, como dice el buen dicho “de lo bueno poco”, nos estábamos acercando al final, no sin antes recibir un salpicón de sangre, el cual estuvo a cargo del vocalista, hacia los asistentes que se encontraban más cerca del escenario. Además, estuvieron bastante agradecidos por el recibimiento de la gente y musicalmente entregaron un show de primer nivel.
Para finalizar y rematar el espectáculo, se despacharon los últimos cartuchos de la noche con “Sworn to the Dark” y “The Serpent’s Chalice” con los cuales, la fanaticada saltó y cantó. Para de esta forma, concluir la corta hora y cuarto de presentación. Watain, se despidió del escenario, el cual, quedó oscuro solo con las tenebrosas columnas y cruces invertidas iluminadas por el fuego .
Nuevamente, una música de iglesia comenzó a sonar por los parlantes, lo que nos hizo pensar que la banda volvería, lo que produjo impaciencia y ansiedad entre los asistentes, sin embargo, los cubos que adornan el techo de la Blondie se encendieron, juntamente con eso la sensación de que había que abandonar el lugar ya se hacía sentir, hasta que de forma abrupta la música fue interrumpida y se encendieron las luces completamente. 21:30 horas y la misa del infierno había finalizado.
Live Review por: Lucas Espinosa
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