A veces, los discos no solo se escuchan: se sienten. Y «Funny Little Fears», el debut solista de Damiano David, es exactamente eso: una experiencia emocional que se clava despacio pero profundo.
Gracias a la invitación de Sony Music fuimos parte de una listening party íntima, cuidadosamente ambientada por temáticas que acompañaban cada canción desde la melancolía, el caos, la fragilidad y la esperanza, y no hubo un solo rincón del lugar que no reflejara el alma de este disco.
Desde el primer segundo con «Voices», queda claro que Damiano no vino a cumplir expectativas ajenas. Vino a vaciarse. Esa apertura, casi como una plegaria interna, nos mete de lleno en su mente. El álbum se siente como un diario no editado, donde cada página es un tema y cada palabra, una herida que late.
«Next Summer» llega con una nostalgia que duele bonito. Hay una vibra veraniega en lo instrumental, pero el mensaje es todo lo contrario: la aceptación de que hay cosas que no cambian, por más que uno quiera. En «Zombie Lady», de mis favoritas en lo personal, Damiano abraza lo oscuro, lo misterioso, con una seducción que hipnotiza. No canta: encarna. Lo mismo pasa con «The Bruise», donde el dolor emocional toma forma en una balada que no busca lástima, sino comprensión.
«Sick of Myself» es brutal. No porque grite, sino porque se siente. Habla del desgaste, de estar harto de uno mismo, y aún así tener que levantarse. Es ese tipo de canciones que uno no elige amar, simplemente te elige a ti. Y justo cuando parece que el disco te va a hundir, aparece «Angel», como un rayo de ternura, un descanso suave entre tanta tormenta.
«Tango» le da un vuelco total al ritmo, con sensualidad y rabia bailando juntas. «Born With a Broken Heart», que ya conocíamos, se vuelve aún más poderosa dentro del contexto del álbum. Aquí no hay pose: hay verdad. Todos nacimos un poco rotos. «Tangerine» aporta color y una dulzura ácida, recordándonos que algunas relaciones son tan lindas como breves, y por eso mismo duelen.
Con «Mars», el viaje se vuelve más introspectivo, casi espacial. Es una sensación de estar lejos de todo y de todos, incluso de uno mismo. «The First Time» toca esa fibra de las cosas que nunca se olvidan: lo que sentimos por primera vez, lo que marcó. En cambio, «Perfect Life» nos golpea con la ironía de las vidas que se ven perfectas por fuera, pero sangran por dentro. Todos hemos estado ahí.
El cierre es majestuoso. «Silverlines» brilla como su nombre, con una producción envolvente y una voz que ya no suplica: se acepta. Y finalmente,«Solitude (No One Understands Me)» es la confesión final. La más cruda. La más solitaria. Pero también, quizás, la más honesta.
Salir de esa listening party fue como volver del viaje de alguien más… pero sintiendo que, de alguna forma, también hablaba de ti. «Funny Little Fears» no es un álbum para bailar. Es un álbum para quedarse contigo cuando ya no sabes a quién contarle lo que sentís. Damiano David no necesitó distorsión para sonar fuerte. Solo necesitó mostrarse de verdad. Y eso… es arte.
“And all my fears, they disappear, and I see silverlines.”
Y al final, entre todas estas pequeñas grandes confesiones, Damiano nos recuerda que incluso los miedos más oscuros pueden iluminarse con líneas plateadas.
En Chile, se presentará el domingo 9 de noviembre en el Teatro Caupolicán y los últimos tickets disponibles para este show se encuentran disponibles en Puntoticket.
Nota: Luis Bonilla