Cuando tratamos de contar una historia sobre la banda argentina A.N.I.M.A.L, siempre comienza con la difamación y la mala etiqueta de “la copia” de una banda gringa. Sin embargo, no podrían estar más equivocados; en 1991 nació otra leyenda de Latinoamérica.
A comienzos de la última década de siglo, surge el inquieto espíritu de los músicos Andrés Giménez, Robert Zelazek y Aníbal Alo por canalizar el descontento social bajo el nombre de A.N.I.M.A.L, una banda que nada tenía que ver con el segundo aire de Pantera, su nombre y la forma en que trataría las problemáticas retratadas en sus canciones.
Mitos y mentiras
La prensa especializada de ese entonces creyó que se trataba de una imitación del nombre de la banda norteamericana Pantera, nada más alejado de la realidad. Sin embargo, surgieron problemas asociados a Copywrite, por lo cual decidieron volcarse en las temáticas de sus letras y darle un giro a todo este embate, transformando su nombre en un acrónimo, A.N.I.M.A.L.
Para continuar desmitificando tal hecho, la banda, como por impulso, transformó su marca en una palabra formulada intencionalmente para provocar y remecer el clima musical centrado fundamentalmente en el virtuosismo, llevándolo a la corriente del sentido, el discurso contestatario y a la comprensión casi como un agente político. El acrónimo A.N.I.M.A.L vino a retratar a los “Acosados Nuestros Indios Murieron Al Luchar”.
Causa y sentido
El bonaerense Andrés Giménez, inquieto por la realidad argentina comenzó a explorar los caminos del heavy metal como medio para canalizar el descontento que le produce la “marginación del cholo en su país”, decidiendo responder a través de música contestataria, un medio para mostrar la discriminación que sufren (tristemente) aún las minorías étnicas y pueblos originarios en Argentina y Latinoamérica.
Música a merced de la expresión, música que los influencia
Tal como le sucedió a bandas de inicio de los noventas como Faith No More o Rage Against the Machine, cruzaron todo límite sonoro, experimentando con el heavy metal con aires latinos, pero con una variación más pesada y agresiva como lo fue el thrash metal.
No fue sino hasta 1993, que pudieron lanzar su disco debut titulado “Acosados Nuestros Indios Murieron Al Luchar”, el cual rompió el esquema de Blackmore en Argentina y los sacudía con el grito ensordecedor de la crítica social enfocada en la negación de las raíces indígenas y la vulneración de los derechos humanos de los indígenas. También contó con la participación de Marcelo Corvalán en las líneas de bajo y en las tareas de apoyo vocal en los coros.
Gozando de un mediano éxito en ascenso y bajo la incesante búsqueda de expresar aún mejor su discurso de reivindicación, en 1994 se produce un cambio de baterista, ingresando a la banda Martín Carrizo, quien aportó con otras influencias musicales (Sepultura, Biohazard, Pantera) lanzando su segundo álbum “Fin de un mundo enfermo”.
Giménez sentía que este nuevo álbum debería expresar musicalmente más fuerza el objetivo de su discurso, por lo que cobró un giro sonoro mucho más pesado y extremo que en la entrega anterior, incorporando elementos de thrash-groove metal así como ciertas reminiscencias del grunge para traducir el pesar y la rabia de las temáticas de las nuevas letras como “la matanza de pueblos indígenas” que aún prevalecían en pleno término del siglo XX.
Éxito comercial y huella en el mapa
Con la creación de un nuevo álbum “El nuevo camino del hombre” en 1996, la banda logra crear un estilo propio, así como contar con una mejor producción en la mezcla y masterización de su música.
Su estilo se definiría musicalmente como una amalgama Crossover (hardcore-metal) con influencias notoriamente latinas, bajo la dirección de Mario Altamirano como coproductor.
Al siguiente año, en 1997, su nuevo disco los llevaría a participar del show en homenaje a los veinte años de las Madres de Plaza de Mayo (asociación argentina fundada en 1977 con el objetivo de recuperar con vida a los detenidos desaparecidos, inicialmente, y luego establecer los responsables de los crímenes de lesa humanidad llevados a cabo en la dictadura de Jorge Rafael Videla) junto a Rata Blanca, León Gieco, Divididos, Attaque 77, La Renga, Las Pelotas, Actitud María Marta, Los Piojos, entre otros más.
En el transcurso de octubre de 1997, se produce el alejamiento de Martín Carrizo de la banda, por lo que en 1998, al grabar su cuarto álbum “Poder Latino” se invitó a Jimmy DeGrasso (en ese entonces en Megadeth, ex –Suicidal Tendencies) como sesionista de estudio debido a que había sido muy reciente la incorporación de Andrés Vilanova en la batería. Además, fue producido por Max Cavalera (ex –Sepultura y líder de Soulfly/ Cavalera Conspiracy).
Este último disco trajo un nuevo frescor en lo sonoro. Con el indiscutido auge del nü-metal en USA y Latinoamérica, la banda lo incorporó a su música y de forma definitiva, agregando a elementos como el fraseo vocal del hip-hop.
Compra tu entrada en Punto Ticket para el concierto de A.N.I.M.A.L, la icónica banda que regresa a encender el escenario con su poderoso sonido. No te pierdas esta oportunidad única de vivir una noche de energía pura y música sin igual. La cita es el domingo 24 de marzo de 2024, a las 21:00 hrs., en la Sala Metrónomo.
Por: Fito Serey