Este 13 de junio, el virtuoso Marty Friedman regresa a Santiago para presentar su show en el Teatro Cariola, y no es solo un concierto: es el reencuentro con un artista que ha cruzado continentes, géneros y culturas para construir una carrera sin igual. Porque Marty no solo fue guitarrista de Megadeth, no solo reinventó el metal neoclásico… también se convirtió en uno de los músicos extranjeros más influyentes de la escena japonesa.
Tras dejar Megadeth a finales de los noventa, Friedman cambió el rumbo de su vida artística de forma radical. Se mudó a Shinjuku, Tokio, donde se sumergió por completo en la cultura japonesa. Aprendió el idioma con fluidez, se integró a la industria local y pronto comenzó a tocar con algunos de los artistas más importantes del país, como Nanase Aikawa, Miyavi y Kirito (ex Pierrot), mezclando sus raíces del metal con el pop nipón, el visual kei y otros géneros completamente nuevos para él.
Además de su trabajo musical, Friedman se convirtió en una celebridad mediática. Fue miembro del programa “Hebimeta-san” y luego conductor de su propio show televisivo: “Rock Fujiyama”, compartiendo pantalla con artistas y personalidades del espectáculo japonés como Yoko Kumada y Rolly Teranishi. También ha sido columnista en una de las revistas de música más importantes del país y escribe para un periódico nacional, mostrando un vínculo con Japón que va más allá de lo artístico: es una integración total.
Su curiosidad lo llevó incluso a participar en programas educativos como “Jukebox English”, donde ayuda a traducir canciones anglo al japonés simple, acercando culturas con la misma pasión con la que alguna vez rompía cuellos en los escenarios del thrash metal.
Hoy, Marty Friedman viaja por el mundo como embajador de su propia visión musical, ofreciendo seminarios, clínicas y shows en Asia, Europa, Norteamérica y Sudamérica. Y este 13 de junio, Santiago vuelve a estar en su mapa.
No te pierdas la oportunidad de ver en vivo a un verdadero samurái de las seis cuerdas, que cruzó el mundo para encontrar su voz… y nunca dejó de sorprender.