A sus tempranos 23 años, desafía la impensada mezcla de diversos sonidos como el jazz, el punk y el hip-hop. A esa intrincada cruza de géneros podemos añadir aún más la hazaña de incorporar el indie y el trip hop al unísono. Lo curioso es que logra hacer sonar todo esto a la perfección y sus fans van aumentando cada vez más conforme se acerca a nuevas latitudes del globo.

Lo curioso es el hecho de que pese a incorporar géneros altamente comerciales, hoy en día, su discurso prolifera entre la contra cultura pacata británica y el decir actual. Su carácter musical figurativo de la lucha contra la enajenación sistemática, el neo-liberalismo y el nihilismo surgen como una respuesta contestataria a lo que cualquier adulto de su edad podría estar cuestionando hoy en día.

Si lo desprendemos de su música para comprenderlo como un actor discursivo, nos podemos dar rápidamente cuenta de cómo genera ese ensamble musical sin tropiezos de puntos y comas, así como una perfecta narrativa en el discurso político y sonoro. 

Si lo pensamos luego de un rumeo nocturno y dos tazas de café, te darás cuenta que su postura subversiva, despreocupada y muchas veces agresiva no sólo tienen que ver con el actuar, sino con un enraizado camino recorrido en el que el punk y el jazz van tan de la mano como las propias culturas subyacentes a la música y la búsqueda de gritar para decir algo o clamar por lo justo.

Como tal, la genuina necesidad de querer contar y decir algo que aturde la conciencia y anuda la garganta, lo lleva a esta aventura repleta de cambios musicales, actitudes en la puesta en escena en el escenario y por último ir como un nómada pregonando el sentir, el cuestionamiento y la transmisión de una cultura de la insolencia directa y realista.

Para comprender exactamente de qué se trata su música, no necesitas buscar en Wikipedia y leer toda una biografía sobre quién es, sus orígenes musicales o sus estudios sino sumergirte comprometidamente en su actual obra y vivir su música como un activista contemporáneo y relator consciente que evidencia el malestar de las culturas y, fundamentalmente, de las personas hoy en día, que pase a ser aquejados por ello no logran vislumbrarlo.

Para analizar todo esto es imprescindible comenzar por dos trabajos fundamentales para generar todo este entendimiento. Por una parte, debes comenzar por el álbum “The OOZ” un inquietante álbum repleto de libertades creativas, tanto en lo sonoro como en la narrativa, en el vaivén de la depresión y el insomnio, nítidos hijos anímicos de la desesperanza contemporánea.

Por otra parte, está “Space Heavy”, con un relato bastante directo y certero en el sonido más insurrecto del punk (discurso) en su versión post-punk. Esto lo llevó a la categoría de prodigio, elogiando a su trabajo, pese a su temprana edad, recibiendo reseñas positivas desde la crítica especializada, encumbrándolo bajo el título de “la voz de una generación”. 

Con la agresividad del reprimido y la gracia de un artista consagrado, King Krule fluctúa entre sonidos que te atrapan a tal punto de sentirte confundido y hasta embrujado. En el siguiente post trataremos de profundizar un poco más sobre esta magnífica pieza contemporánea sobre lo que “no se debe mezclar ni hacer, pero simplemente se quiso y se hizo”.

Descubre y sumérgete en este viaje por los sonidos, el próximo 6 de marzo en el Teatro Coliseo. Adquiere tus entradas en Puntoticket.com

https://www.puntoticket.com/evento/king-krule-coliseo-6-mar

Comparte esta noticia con tus contactos