El pasado 26 de enero, tuvimos una de las grandes veladas, la que era esperada por muchos fans. Geoff Tate con sus grandes clásicos, inundó el Club Chocolate junto al Heavy Metal Nacional de Hëiligen.
La velada comenzó pasadas las 18 horas con la llegada de la gente, el armado de todo el escenario y los equipos correspondientes para que todo pudiera salir, como fueron los dos shows, perfectos. Una de las cosas que siempre es importante recalcar va con la banda telonera. Habitualmente, es difícil que llegue mucha gente por las diversas dificultades de horario, pero Heiligen es una banda con historia desde 2015 hasta la actualidad. Ellos han podido al ritmo de las batallas y el Heavy Metal cimentar el apoyo de muchas personas a su trabajo, que, con el paso de los años, las tocatas desde Bares, Arena Recoleta, Ex Teatro Mundo Mágico y Mibar su música ha ido siempre en evolución. Cómo no recordar el lanzamiento de Return to The Battle en el Bar Oxido, el crecer musicalmente hasta Shadows To The Church y hoy teniendo en lo personal una de las mejores performances en vivo a nivel de bandas nacionales.

La presentación de Heiligen comenzó con The Holy Path to Glory, luego entramos con el tema homónimo del disco Shadows in the Church, y uno de mis favoritos Rage of the Gods. Luego vinieron Gladiator y Prisioner of Faith el que está inspirado en Giordano Bruno. Finalmente, la banda cierra con el tema homónimo de su primer trabajo Return to the Battle.

Ver a Hëiligen es derechamente una banda que en sus trabajos sigue la línea de los grandes del Heavy Metal Clásico y siempre efectivo, con el toque que a uno le gusta los elementos tanto británicos como Teutones. Es un ABC recomendable nacional y sobre todo ver su fiato en vivo, por algo se han ganado un espacio y siempre tienen a su gente fiel que, con los años ha mantenido un apoyo incondicional al trabajo de la banda.

En la segunda parte, entramos a los recuerdos de los grandes clásicos de Queensryche, de la mano de uno de los cien mejores vocalistas de todos los tiempos según la revista Hit Parader como lo es Geoff Tate. El nivel de Geoff es tal, que a pesar de que han pasado los años se mantiene en un alto nivel, inmediatamente con Walk in the Shadows del Rage for Order, literalmente, se ganó a todos quienes estaban presentes en Club Chocolate de entrada. Siguiendo en la línea del disco mencionado sigue con I Dream In Infrared para luego generar la primera interacción el público agradeciendo la asistencia para seguir con The Wisper, Gonna Get Close To You y The Killing Words. La performance de Geoff y la banda siempre fue bien reconocida, en todo momento hubo interacción por parte de los músicos con el público, animando constantemente e incluso sacando los clásicos “eh eh eh eh eh” a medida que cada canción avanzaba.
Seguimos en la velada en la misma senda del recuerdo del Rage for Order entramos a Sugerical Strike, Neue Regel, London, Screaming in digital y para cerrar la primera parte I Will Remember.

En la primera parte, la gente se conectó literalmente con el espectáculo, transportándose a esos años 80s. Rage for Order, un disco que siendo de 1986 transmite esas notas futuristas, atmósferas y sensaciones del progresivo que llevó a Queensryche a ser música de culto.

La segunda parte comenzó con el viaje por Empire, el Tema Jet City Woman encendió al público, posteriormente le siguieron Della Brown y Another Rainy Night. Empire es para muchos él trabajó que catapultó a Queensryche. Este trabajo, y lo que también fue transmitido hacia todos aquellos presentes en Club Chocolate fue una mirada hacia el futuro, sintiendo esos sonidos sintetizados, siempre marcados por el progesivo, los riffs y solos que siempre son un deleite. Empire es un viaje, una experiencia y como tal la velada con Geoff siguió con Empire, Resistance, Silent Lucidity, Hand of Heart, One and Only, Anybody Listening? Para cerrar una segunda parte cargada de emociones, solos, interacciones con el público, los clásicos eh eh eh eh y pasar al encore con el canto “ole ole ole Geoff Tate Geoff Tate”.

El Encore terminó con dos temas Last Time in Paris y finalmente para cerrar la jornada el ya clásico Eyes of a Stranger.
Geoff Tate como show esperado, terminó siendo lo que todos queríamos ver y sentir, un verdadero espectáculo. Nadie quedó indiferente al poder vocal que se mantiene firme como un legado musical. Agradecemos a Spider por la invitación y poder disfrutar de un clásico como Geoff y revivir los éxitos de Queensryche.

Review: Nicolás López.
Fotografía: Diego Ojeda.