El Teatro Cariola se convirtió en el epicentro del death metal en Santiago, con una jornada que reunió a fanáticos del género para presenciar un espectáculo inolvidable. La velada comenzó con la potencia de tres bandas locales que dejaron claro que el metal chileno está más vivo que nunca: Coffin Birth, Darkspell y Execrator ofrecieron sets demoledores que prepararon el terreno con energía desbordante y riffs devastadores. Su entrega fue el preludio perfecto para lo que estaba por venir.
Sin duda alguna, la sopresa de la noche fue la joven banda santiaguina, Coffin Birth, una fresca propuesta de death metal que dejó a todos atónitos. Interpretaron temas de su disco “Desde la Fosa Común”, tales como “Eterno naufragio”, “Miasma”, “Entes”, “Ataud” y para cerrar “Al-azif”.

La segunda banda de la noche fue, Darkspell, una mezcla de teatralidad, death y thrash metal.
Los originarios de santiago nos deleítaron con seis temas que no dejaron espacio para el descanso. “Unholy Sun” fue el tema escogido para abrir los motores, siguiendo con “Dawn Golgotha”, desatando su mejor arsenal death-trashero. “Punished By Your Own Hand”, “Dark Spell”, “Curse of Enoch”, no fueron indiferente para los que desde el mosh no pararon de saltar y cantar con la banda.

Para cerrar su presentación Dark Spell, nos regaló uno de sus más preciados clásicos “Gates of hell”, de su primer LP, dando paso a lo que sería la tercera banda nacional de la noche Execrator.

Los liderados por Álvaro Lillo, demostraron una vez más porqué son considerados como la leyenda del death metal chileno de los 90’s. Execretor inició su arsenal con las clásicas “Born again” y “Suicide”, temas que incendiaron el mosh como nunca y que hizo que nunca, durante la hora de presentación, decayera.

De allí siguieron los palazos “Reprisal”, “Symptom”, “Tears blood”, “Hate inside the flesh”, “Your God is a lie”, “Men and their Gods”, “De sangre y de fuego”, “Silent Murder” cerrando con “Death of God”, definitivamente el setlist perfecto para una banda de este calibre.
En exclusiva para Rock a La Vena, hablamos con Álvaro Lillo quien nos comentó que sacarán un nuevo disco en los próximos meses.
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Luego de la excitante presentación de Execrator, fue el tiempo del plato principal de la noche, Left to Die quienes cumplieron con creces al ofrecer un homenaje desgarrador y lleno de precisión al legado de Death, una de las bandas más icónicas del death metal.
Con un setlist que parecía extraído directamente de lo más profundo del infierno, el grupo nos transportó al corazón del género con una interpretación impecable de clásicos inmortales.
Desde los primeros acordes de “Born Dead”, la energía en el recinto fue palpable. La banda demostró no solo una técnica excepcional, sino también un profundo respeto por el material original, llevando a los asistentes a un viaje a través del oscuro y visceral universo de Chuck Schuldiner, de la mano de los antiguos miembros Rick Rozz (guitarra) y Terry Butler (bajo), junto a Matt Harvey (voz) y el caraqueño Gus Rios (batería).

Temas como “Forgotten Past” e “Infernal Death” sonaron con una ferocidad que estremecía los cimientos, mientras el público respondía no solo con un headbanging frenético y cánticos apasionados, sino que fue el momento preciso para que las bengalas hicieran acto de presencia, aumentando más la emoción y desenfreno de los presentes.
El punto álgido del set principal llegó con “Left to Die”, una canción que encapsula perfectamente el espíritu del tributo: brutalidad, técnica y un respeto absoluto por el legado de Death. Pero la banda no se detuvo ahí; los bises fueron un clímax de pura adrenalina, con himnos como “Scream Bloody Gore” y “Pull the Plug” llevando a la audiencia al borde del colapso emocional.

Mención especial merece el cierre con “Evil Dead”, una explosión de energía y nostalgia que dejó a los asistentes con la piel erizada y el alma llena de gratitud. Left to Die no solo tocó las canciones; las vivió y las transmitió con una intensidad que hizo justicia al impacto duradero de Death en el metal extremo.

Fue una noche para recordar, no solo por la calidad técnica de la banda, sino por su capacidad de revivir el espíritu de una leyenda. Si alguna vez tienes la oportunidad de presenciar a Left to Die en vivo, no lo dudes: su tributo a Death es un ritual imperdible para cualquier amante del death metal.
Nota: Luis Bonilla
Fotos por: Eduardo Sandoval