Reseña: Kevin Fuentealba Mol
Fotos: Cristian Calderón
El miércoles 5 de marzo fuimos testigos del regreso de Simply Red, una banda que celebra 40 años de trayectoria con cinco conciertos completamente agotados en el Movistar Arena. Esta jornada en particular, marcó la segunda fecha de su serie de presentaciones.
El show destacó principalmente por la profunda nostalgia y la entrega inquebrantable de la banda hacia su público. Con un setlist repleto de éxitos atemporales, la agrupación británica, liderada por Mick Hucknall, dejó en claro que sigue más vigente que nunca.
La apertura con los Hermanos Ilabaca: Un torbellino de ritmos y energía
La noche comenzó con una electrizante presentación a cargo de los Hermanos Ilabaca, quienes inundaron el Movistar Arena, que se iba llenando poco a poco, con una impresionante fusión de ritmos contagiosos y sonidos hipnóticos.
El show de los hermanos oriundos de Santiago, las palabras no hacen justicia para lo que fue, y es que durante media hora, desataron una explosión de géneros y energía inagotable, acompañados por músicos de gran talento que dieron vida a una propuesta vibrante e inesperada.
Un inicio de concierto cargado de emoción
Con el recinto ya a oscuras, una atmósfera acogedora dio la bienvenida a los músicos en el escenario. El ingreso de Mick Hucknall rompió el silencio, desatando una cautivadora ovación. La noche arrancó con la elegancia del jazz a través de “Sad Old Red”, seguida por “Jericho” y la emotiva “Money’s Too Tight (To Mention)”, generando un ambiente de calma y expectación ante lo que prometía ser una noche memorable.
“¿Cómo están? Estoy muy feliz de estar aquí en Santiago de Chile”, fueron las primeras palabras de Hucknall al público. “Celebraremos 40 años de Simply Red”, anunció, anticipando un repertorio repleto de éxitos como “It’s Only Love Doing Its Thing” (su impecable versión del tema de Barry White) y “Enough”.
Acompañando a Hucknall, una banda de primer nivel con músicos de diversas nacionalidades: el guitarrista japonés Kenji Suzuki, el trompetista Kevin Robinson, el saxofonista y tecladista Ian Kirkham, el baterista suizo Roman Roth y el bajista Orefo Orakwue. Todos ellos se ubicaron estratégicamente en el fondo del escenario, dejando a Hucknall el espacio necesario para moverse con libertad.
Un viaje por el jazz y la nostalgia
El inconfundible “If You Don’t Know Me by Now” marcó un punto de inflexión en la noche, entregando un bloque de canciones donde la banda deja de lado la belleza del jazz para dar paso a la nostalgia. “For Your Babies” y “Stars” encendieron al Movistar Arena haciendo cantar a los asistentes, consolidándose como himnos generacionales que han trascendido el tiempo y siguen emocionando al público, sin importar la edad.
El concierto avanzó con un ritmo envolvente, destacando temas como “So Beautiful”, “The Air That I Breathe” y “You Make Me Feel Brand New”, una oda al romanticismo puro. Mick Hucknall, a sus 64 años, derrochó energía y carisma en el escenario. Aunque su interacción con el público fue breve, su voz —si bien marcada por el paso del tiempo— demostró una asombrosa capacidad de adaptación. La esencia de sus canciones sigue intacta, un logro que pocos artistas pueden igualar.
En la recta final del show, Hucknall, ya más desenvuelto, se quitó el chaquetón azul para moverse con mayor libertad. Con “Sunrise” y “Fairground”, mostró su faceta más carismática, entregándose por completo a un público que, hasta ese momento, había seguido el espectáculo con respeto y admiración, pero que ahora rompía en un estruendoso aplauso de pie.
Un cierre de ensueño para una noche inolvidable
Las luces de los celulares iluminaron el recinto, pidiendo el regreso de la banda. Simply Red no hizo esperar demasiado a su público y volvió al escenario, recibido por los constantes aplausos del público. “Something Got Me Started” convirtió la arena en una verdadera fiesta, especialmente en la platea, donde los asistentes se pusieron de pie para bailar y cantar.
El gran final llegó con “Holding Back the Years”, una interpretación hermosa e hipnótica que selló una noche cargada de clásicos, con una devoción mutua entre banda y público.
En cerca de dos horas de concierto, Simply Red entregó una velada repleta de clásicos inolvidables. La segunda de las cinco fechas en el Movistar Arena solo puede describirse en una palabra: hermoso.
Cuatro décadas de historia musical se sintieron como un instante en el tiempo, encapsulando a un público diverso en una experiencia de nostalgia y emoción pura. Mick Hucknall demostró que sigue más vigente que nunca, adaptándose con elegancia al paso de los años. En palabras del propio músico: “Damas y caballeros, esto es Simply Red”.
