Por: Lukas Arias y Luis Bonilla
Foto: Mariano Beuses
La congregación metalera anual se vivió con fuerza el domingo 11 de mayo, cuando miles de fanáticos llegaron al Movistar Arena para entregarse a una intensa jornada cargada de metal nacional e internacional.
Desde temprano, los seguidores del género comenzaron a llegar al Parque O’Higgins, buscando asegurarse un lugar en las primeras filas tanto al interior de la arena como en el escenario exterior, el Hell Stage, dedicado a las bandas nacionales.
Dentro del arena, la cuota de brutal death metal se hizo sentir con fuerza en la apertura del Devil Stage. Los estadounidenses Nile desataron los primeros moshpits de la jornada, marcando un inicio demoledor. Las feroces voces de Karl, Brian y Dan dieron vida a las líricas inspiradas en el antiguo Egipto, resonando con potencia en toda la arena. El público, completamente entregado, coreaba «¡Nile, Nile, Nile!», provocando sonrisas entre los músicos. El repertorio recorrió diversos pasajes de su discografía, ofreciendo una selección contundente que fue coronada con una ovación general al cierre de su presentación.


Los canadienses Voivod llevaron su característico thrash progresivo, con guiños al heavy metal, dejando una fuerte impresión en el público. La banda, con raíces en los años 80, logró encantar a los miles de asistentes que a esa altura del festival ya colmaban el recinto. Con moshpits encendidos y una multitud que no dejaba de saltar y correr, el ambiente fue pura euforia. «Este es uno de los mejores festivales de metal en el mundo», declaró Snake desde el escenario, desatando una ovación entre los presentes.


Uno de los platos fuertes de la jornada en términos de intensidad, fueron los ingleses Carcass, quienes desataron el caos con su característico death metal melódico y la inconfundible voz de Jeff Walker. Su presentación en Chile no pasó desapercibida: bengalas encendidas entre el mosh agregaron una cuota visual de brutalidad que acompañó perfectamente la potencia desplegada por la banda sobre el escenario. Durante casi una hora, Carcass ofreció una verdadera lección de metal extremo, recorriendo distintos pasajes de su discografía. Desde clásicos como «Unfit for Human Consumption» hasta cerrar con el himno «Heartwork», su show fue una auténtica demolición en vivo.


Más tarde, los ingleses Paradise Lost dejaron una huella imborrable con sus líricas cargadas de pena y sufrimiento. La banda, referente del death doom y gothic metal, fue una de las más esperadas de la jornada. Con riffs densos y precisos, entregaron un show emotivo y oscuro, donde la voz de Nick Holmes destacó por su versatilidad, alternando entre pasajes melódicos y growls guturales que evocaron la esencia más profunda del género.


Uno de los puntos más altos de la jornada vino de la mano de los legendarios Saxon, quienes dejaron la vara altísima con su demoledor show de heavy metal. Íconos de la New Wave of British Heavy Metal (NWOBHM) desde mediados de los años 70, los ingleses desataron una verdadera fiesta en el recinto, con una energía palpable que se tradujo en mosh pits y coreos masivos por parte del público. Clásicos como «Princess of the Night» y «Denim and Leather» encendieron al máximo esta sexta versión del festival. Con un cierre a lo grande, tanto la banda como los asistentes se retiraron satisfechos, reafirmando el impecable nivel sobre el escenario y en la cancha del Movistar Arena.


Ya en la recta final de la jornada, los suecos Sabaton tomaron el escenario con una potente dosis de power metal cargado de historia y épica militar. Abrieron su show con «Ghost Division», desatando mosh pits, saltos y una euforia colectiva que se tomó el Movistar Arena. Como es costumbre en su propuesta, la banda ofreció una verdadera clase de historia entre guerras y batallas, con líricas centradas en hechos militares clave. En un gesto especial hacia su cultura, solicitaron permiso al público para interpretar un tema en su idioma natal: «Carolus Rex». Para cerrar su explosivo set, complacieron a los asistentes tocando «Swedish Pagans» —tema solicitado por el público— y concluyeron con «To Hell and Back», dejando el ambiente encendido para el acto final del festival.


En una noche cargada de furia y velocidad, la superbanda de Kerry King desató una verdadera tormenta sonora en el Movistar Arena durante el The Metal Fest, con un show implacable que combinó su nuevo material solista con los clásicos infaltables de Slayer. Con una puesta en escena cruda y directa, temas como “Where I Reign” y “Trophies of the Tyrant” mostraron todo el poder de su debut en solitario, mientras que himnos como “Repentless”, “Disciple” y “Raining Blood” desataron el caos y la euforia entre los asistentes.
La sorpresa de la noche llegó con las versiones de “Purgatory” y “Killers” de Iron Maiden, un claro homenaje a una de las influencias más importantes del género. Demoledores de principio a fin, King y compañía dejaron claro que la llama del thrash metal sigue más viva que nunca. Con “From Hell I Rise”, cerraron una presentación feroz que selló una jornada histórica para los fanáticos del metal.


Así concluyó la sexta y última versión del festival más grande de metal en Chile, una jornada marcada por la diversidad de sonidos, la energía desbordante del público y presentaciones memorables que quedarán grabadas en la historia del metal nacional. Desde el furor de los actos internacionales hasta el sólido desplante de las bandas locales, The Metal Fest se despidió a lo grande, dejando un legado imborrable para miles de fanáticos que convirtieron el Movistar Arena en un verdadero templo del metal.