Por Lukas Arias

Fotos por Eduardo Sandoval


En una era donde la salud mental comienza a recibir mayor atención, aún persiste la necesidad de abordarla con verdadera seriedad. Ese es precisamente el mensaje que transmite Garrett Russell, vocalista de Silent Planet, a través de sus letras cargadas de filosofía y una constante búsqueda por generar conciencia en torno a este tema.

La banda estadounidense realizó su esperado debut en Chile, marcando también su primera visita a Sudamérica. Con presentaciones en Santiago y BrasilSilent Planet ofreció un breve pero significativo recorrido por el continente, respondiendo al ferviente llamado de una audiencia que los esperó más de 15 años.

La jornada comenzó con la presentación de Mordane Knoff, banda chilena encargada de abrir la noche. Con una entrega llena de energía y una conexión instantánea con el público, el grupo logró encender el ambiente desde los primeros acordes. Aplausos, saltos y un moshpit espontáneo —alentado por Abraham, uno de los vocalistas— marcaron una recepción calurosa que la banda supo aprovechar al máximo.

Durante su set de 40 minutos, interpretaron en su totalidad su EP homónimo lanzado en 2020, destacando la canción «Caer», dedicada a Dios, momento que sirvió también para compartir un emotivo discurso sobre Jesucristo al final del show, «Es un sueño tener a Silent Planet aquí», dijo. El cierre vino acompañado de una foto grupal con el público, consolidando una presentación potente y espiritual a partes iguales.


De manera puntual, los músicos —excepto Garrett Russell— tomaron posición en el escenario. Destacó Mitchell Stark, quien, además de su guitarra, utilizaba un sintetizador desde donde comenzó a construir una atmósfera envolvente con sonidos electrónicos e industriales. Así dio inicio la intro con “Lights Off the Lost Coast”, antes de que sonara “Offworlder”, momento en que Garrett irrumpió en escena para comenzar de forma demoledora el set.

El show estuvo centrado mayormente en SUPERBLOOM, su más reciente álbum lanzado a fines de 2023, cuyas canciones han sido protagonistas en sus presentaciones actuales. La potencia de estos nuevos temas marcó el ritmo de una noche que osciló entre lo introspectivo y lo devastador.

Como era de esperarse, el público respondió con una entrega total, desatando energía en cada canción con saltos, patadas al aire y two steps. Incluso, Garrett no dudó en llamar a un gran circle pit, convirtiendo el centro de la Sala Metrónomo en un verdadero epicentro de caos. No había espacio para quedarse quieto.

Uno de los momentos más explosivos llegó con “Antimatter”, una de sus canciones más coreadas. Desde los primeros segundos, la sala estalló y los asistentes gritaron con fuerza: “Silhouette, guilty conscience, barely hanging by a breath”, generando uno de los puntos más altos del concierto.

Foto: Eduardo Sandoval – @edo_cl

Cada tema superó al anterior en intensidad, destacando lo que se conoce como metalcore técnico o industrial, que le viene bien a su sonido a través de breakdowns aplastantes, voces guturales, riffs densos y bass drops que estremecían hasta los huesos. La puesta en escena también fue clave: imágenes etéreas proyectadas sobre un telón blanco reforzaban el ambiente onírico, mientras una iluminación tenue acentuaba el misterio. Todo estaba enfocado en la música, los mensajes y la conexión directa con el público. Garrett incluso se abalanzó sobre la barricada para compartir más de cerca con quienes estaban en primera fila mientras cantaba.

«Hace 15 años esto era un sueño, así que muchas gracias a cada uno de ustedes», fueron las palabras de Garrett Russell que emocionaron profundamente a la audiencia. El momento se volvió aún más especial cuando el público respondió con una ovación, coreando con fuerza «Silent Planet! Silent Planet! Silent Planet!». Esto dio paso a «Mindframe».

Foto: Eduardo Sandoval – @edo_cl

El momento más emotivo de la noche llegó con un mensaje que conmovió a toda la sala. Antes de interpretar “Trilogy”, Garrett compartió un testimonio profundamente personal:

«Escribí esta canción después de tratar de quitarme la vida, y quiero dedicar esto a cualquiera que sepa lo que es vivir a través de la depresión, vivir a través de la ansiedad, porque te digo esto: por muy profunda que sea la oscuridad, no es demasiado tarde. Pero tienes que hablar con tus amigos antes de que sea demasiado tarde. Estas personas en este escenario me salvaron. Habla con tus amigos, habla con tu familia, porque tu vida vale la pena».

El concierto se extendió por poco más de una hora, ofreciendo una ejecución musical impecable, tan fiel a sus grabaciones que parecía sacado directamente del estudio. Una presentación intensa, brutal y profundamente emotiva, que fue agradecida por cada asistente con el alma.

Al finalizar, el bajista Nick Pocock compartió en Instagram: “Seguro que una de las multitudes más ruidosas con las que hemos tocado”, validando así la euforia vivida esa noche en Santiago.

Foto: Eduardo Sandoval – @edo_cl

Un mensaje personal. Muchos hemos pasado cosas así, tanto que la llegamos a olvidar, pero son estos momentos que uno toca el piso y se da cuenta que uno no está solo, que siempre habrá una persona, o dos o diez al lado de uno, que siempre te apoyarán en las buenas y en las malas, hay que rodearse de aquellas personas, porque nos hacen bien.

Lukas Arias Riquelme

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