Por: Javier Donoso
Fotos: @cmataphotos
La adolescencia es una etapa donde nos sentimos incomprendidos, como si fuéramos extraños dentro de nuestra propia mente. No existe una identidad, somos réplicas de lo que otros desean que seamos. O eso al menos es lo que yo sentía cuando estaba en el liceo. Esto mismo, ayudó a expandir mi interés por encontrar mi propia identidad. Y parte de mi familia, amante del power metal fue quien ayudó a que esta búsqueda por una identidad terminara en una banda: Sonata Arctica.
El día, nublado y con un viento que anunciaba una próxima llovizna, hizo que la espera para entrar al Espacio Marina, fuera inmersiva. Con un frío que se movía gracias a la brisa marina, nos sentimos parte de ese frío invernal descrito en las letras de diversas canciones de la banda. Muchos fanáticos comprando gorros de la banda y sobre todo, cafés que vendían las «tías» comerciantes fuera del recinto. Quienes honestamente salvaron la jornada.
Después de habernos sometido a ese frío intenso, las puertas se abren y somos invitados a entrar al espacio donde la magia del power metal nos envolverá. Y ya estábamos a la temperatura adecuada para recibir a la banda encargada de acelerar nuestro ritmo cardíaco a través de riffs y ritmos veloces como el viento que soplaba fuera del recinto: Magnalucius.

Ahora, debo reconocer que poco conocía sobre la banda pero terminé con un magister en power metal y del más clásico. Pasajes que de vez en cuando me hacían divagar entre Gamma Ray y el guardián de las 7 llaves, Helloween. Y con esto no espero que se piense en una «réplica». Sino más bien en lo poderoso del sonido de la banda. Quienes además contaban con su fanaticada, los cuales pedían canciones y cuando la banda anunciaba el siguiente tema, yo solo escuchaba entre comentarios: «temazo».

Todo esto me hizo aterrizar y pensar en lo que esta banda ha logrado. En primer lugar, tener un sonido poderoso, con pasajes melódicos y donde los músicos encontraban su lugar seguro para desenvolver la magia a través de sus instrumentos. Y segundo lugar, tener la responsabilidad de dejarnos listos para recibir el plato fuerte.
Setlist:
1. Intro + never dying
2. Hordes under the moon
3. Prometheus
4. Manzikert’s tears
5. Fight for power
6. Claws
Luego de la puesta en escena de Magnalucius, me pareció un poco extraño que hubiera tanta diferencia en los horarios en que la banda telonera tocó y en que «Sonata» fuera a tocar.
Había una diferencia de 1 hora y un poco más. A lo que pensé que quizá se adelantaría el concierto, mas de alguno se debe haber sumado a este pensamiento. Pero la espera realmente fue de 1 hora, donde toda la energía que la banda telonera nos había dejado se disolvió, dejándonos un poco fríos y con la incertidumbre de la espera.
Pero todo esto mencionado anteriormente se acabó apenas la música del Espacio Marina se apagó y con ello las luces también. La energía del público volvió a encender, como si hubiera estado congelada simplemente y esperando a que la banda saliera para comenzar su deshielo.
Finalmente; Elias Viljanen, Pasi Kauppinen, Tommy Portimo, Henrik Klingenberg y Tony Kakko aparecen en el escenario. El público no se contiene, celebran (incluyéndome) con gritos y silbidos no de abucheo, sino de alegría. La banda comenzó a escribir su nueva historia en nuestra ciudad.

«First in line» fue la canción escogida como carne de cañón, así como lo dice su nombre. Algo que realmente me hizo mucho sentido. Honestamente, yo en ese momento, no podía creer lo que estaba viviendo, estaba atónito y sólo observando a la banda moverse por el escenario mientras el público rugía y saltaba de un lado a otro.
Uno de los temas que, destacaría del último álbum sería «Dark Empath«. Canción con una instrumentación tremenda y un sonido envolvente, cinematográfico hasta cierto punto. Una canción que no iba a faltar en el nuevo repertorio de la banda, tomando en cuenta que el tour es para promocionar este nuevo álbum.

Ahora, es momento de tocar los clásicos y «Flag in the ground» fue la escogida para traer de vuelta los recuerdos de cada uno de los fanáticos, recuerdos personales creados entre la banda y cada uno de nosotros. Sintiéndonos con el derecho de dejar fluir nuestra emoción de verlos cantar nuestras canciones favoritas. Sintiéndonos con el derecho de escuchar canciones clásicas de la banda. Canciones como «I have the right» , escogida como la siguiente en la lista que recién comenzaba.
No voy a mentir, personalmente hablando, mi ánimo era de que tocaran temas de sus álbumes clásicos pero debo reconocer que «Angel Defiled» fue una buena elección para el concierto. Teniendo el deber de dar por terminada la promoción a su nuevo álbum y ya de frente a traer de vuelta los clásicos.

Y aquí se comienza a dar la interacción de Tony Kakko con el público, quien nos conversaba como si estuviera incluyendonos en su banda, fuimos un integrante más. Todo para crear el ambiente perfecto para una balada de desamor, de desesperanza y de dejar ir: Tallulah.
Este sentir de emoción y sentimentalidad, no se esfumó así como así ya que ahora era el turno de uno de los temas que a mi parecer, es de lo más emocionantes de la banda. Con una letra bella y llena de sentimientos que te envuelven como si estuvieras escuchando los consejos de toda una vida de tu abuelo: «The last amazing grays». Canción que nació para ser interpretada en vivo.
Ahora, finalmente llega el momento de acelerar nuestros corazones y la encargada de esto fue ni mas ni menos que: «San Sebastian«. Un clásico del álbum favorito de muchísimos fanáticos (incluyéndome): «Silence«. Canción que marcó a más de alguno, con un ritmo acelerado y una letra sufrida. Y no solo la letra fue sufrida, sino también nuestras cuerdas vocales sufrían ya que así mismo como la banda sonaba demoledora, nuestras voces también demolieron el recinto. Hasta que llega el momento de la guerra de solos entre Henrik y Elias, teclado y guitarra batallando por quién toca más rápido. Una sección tremenda, llena de carisma y que la banda hace que en vivo transmita una energía veloz y energética.

Tres fueron las canciones encargadas de tocar nuestros corazones, mas de alguno de nosotros que estábamos parados escuchando a nuestra banda favorita sintió esa emoción de escuchar estas 3 canciones, esa emoción de disfrutar temas que escuchaste cuando terminaste tu relación, cuando salías a caminar con la lluvia acariciando tu rostro o cuando extrañabas a algún ser querido. «Broken«, «Replica» y «My land» fue el trío que una tras otra nos transportó a esas situaciones. Debo admitir que las lágrimas son parte de estas canciones, es más, de seguro fueron escritas con lágrimas. Canciones que van más allá, repercuten en lo más profundo del alma y te abrazan para decir: «te entiendo«.
Luego de este momento de sentimientos fluyendo en el aire del Espacio Marina, llega el momento de despertar de este letargo y mirar a la luna para decir: «the fullmoon is here«. Canción que fue cantada más por el público que por Tony, quien de momentos se reía emocionado por la potencia de nuestras voces, la emoción que no íbamos a dejar reprimida en nuestros corazones, si para eso estábamos allí. Y este fue el fin del show de la banda, o eso es lo que nos intentaron hacer creer al salir del escenario.
Cosa que el público no aceptó para nada y comenzó a exigir que la banda volviera, que siguiera, que no terminara, que pudieran tocar por siempre ojalá. Y la banda cumplió nuestros deseos, volviendo a aparecer uno por uno para regalarnos el mejor «Bis» que podríamos desear. Antes de esto Tony nos explica cómo funciona el mundo y cómo las bandas han surgido a través de la historia, cómo se ha mantenido la escena del metal a través del tiempo y esto gracias a nosotros, el público presente, quienes somos los encargados de mantener con vida la música en vivo. Y nos dejó más vivos que nunca para recibir preparados una inyección de energía directa a la vena: «Wolf & Raven» y «Don’t say a word».

Podría describir en detalle cada momento del concierto pero esto llevaría a que me extendiera demasiado. Pero por suerte, ya el final está aquí y con ello: «Vodka«. Canción que termina de soldar el lazo entre la banda y el público. Una dinámica que vienen haciendo desde hace muchos años para lograr integrar aún más al público, el sexto integrante de la banda. Para esto, separó al público en 3 secciones haciendo que compitiéramos entre cada una, por quien respondía más fuerte la pregunta que Tony nos hacía: «what is the thing you really need?» a lo que nosotros respondíamos: «Vodka«. Cortando esa distancia entre artista y fanáticos, todos fuimos uno en ese momento.
Terminó el concierto y con él también terminó ese deseo de tener a la banda de tus sueños frente a ti, interpretando tus canciones favoritas, esas canciones que te acompañaron por años cuando más lo necesitabas. Como un amigo que comprendía lo que te sucedía y te abrazaba con sus melodías invernales. No queda nada más que agradecer a este gran amigo y dejar que ahora este evento tenga su propio espacio en la memoria de cada uno de nosotros.
Casualmente, salimos del espacio y afuera llovía. Esta fue la última canción del concierto.
Setlist:
1. First in line
2. Dark Empath
3. Flag in the ground
4. I have a right
5. Angel Defiled
6. Tallulah
7. The last amazing grays
8. San Sebastian
9. Broken
10. Replica
11. My land
12. Fullmon
Bis:
13. Wolf & Raven
14. Don’t say a word
15. Vodka