Por: Kevin Fuentealba Mol / @_nothingman._
Fotos: Cristian Calderon / @cristianbelano
En la velada del 18 de enero, el Teatro Coliseo se transformó en el epicentro de una experiencia mágica de rock chileno, cortesía de las legendarias bandas Lucybell y Pettinellis. La atmósfera se impregnó de una mística inigualable, congregando a devotos de todas las edades vestidos en su mayoría con atuendos oscuros, palpándose un entusiasmo desbordante ante la inminente explosión musical.
Pettinellis: gran efervescencia y tributo musical
El escenario del Teatro Coliseo, repleto hasta el último rincón, fue testigo de la sorpresiva irrupción de Pettinellis, desatando una ola de aclamaciones efervescentes. Liderados por Álvaro Henríquez, la banda inauguró su actuación con la ya consagrada «A go go», seguida por «No hables tanto» y «Niña (No se va a saber)«. Aunque el tono fue más sereno de lo habitual, la intensidad característica de la banda no decayó.

A pesar de un escenario visualmente sobrio, con el único acompañamiento de la proyección del logo de la banda y luces discretas, la conexión entre Pettinellis y su audiencia fue palpable. Temas como «El desquite», que hizo vibrar al público con palmas de cueca chilena y «Hospital», que generó un coro unísono en todo el recinto, demostraron la capacidad de la banda para cautivar a su público.

La velada se volvió un homenaje a la música chilena cuando Pettinellis rindió tributo a José Alfredo Fuentes, Cecilia y Violeta Parra, interpretando «Mujer enamorada», «Un compromiso» y «Arauco tiene una pena», respectivamente.
Canciones emblemáticas como «Loco», «Caballo sin dueño» y la icónica «Un hombre muerto en el ring» resonaron, culminando con un vibrante solo de guitarra de Álvaro Henríquez. Tras una breve pausa, el público aclamó la reaparición de Pettinellis, quienes cerraron su actuación con un explosivo cover de «Yendo de la cama al living» de Charly García y «Arriba quemando el sol» de Violeta Parra, concluyendo con una efusiva interpretación de «Ch bah puta la güeá», que desató un frenesí de bailes y alegría contagiosa.

Lucybell: elegancia y emociones desatadas
A las 21:00 hrs, con una tenue luz, Lucybell hizo su entrada triunfal en el escenario. Claudio Valenzuela, imbuido de su característico sentido del humor, arrancó aplausos con pasos de baile y una reverencia ante un Teatro Coliseo repleto. Claudio lideró la banda en un arranque impactante con «Huracán» y «Caballos de histeria», desatando una oleada de emociones entre el público.

Claudio, con su vestimenta elegante, y sus compañeros Eduardo Caces y José Miguel Foncea, más relajados pero igualmente estilosos, ofrecieron un repertorio que incluyó éxitos como «Ángeles siameses», «Luces no bélicas» y «Cometas». Las luces multicolores inundaron el escenario, sincronizándose con las proyecciones visuales, creando un espectáculo visualmente impactante.

La interpretación de «Tu sangre» bajo luces rojas marcó un momento destacado, seguido de «Voy por ti» con una expresión evidente de emoción en el rostro de Claudio Valenzuela.
Momentos cruciales incluyeron «Milagro» y «Mataz», donde la banda se acercó al público, permitiendo a Claudio abrazar a sus seguidores y grabar momentos únicos con sus teléfonos.

La velada prosiguió con interpretaciones destacadas de canciones como «Sólo crees por primera vez», «Sálvame la vida» y «Fé». El punto culminante fue «A perderse», con un envolvente riff de guitarra, concluyendo con una foto grupal con el público y agradecimientos sinceros por el afecto brindado durante el espectáculo.

La noche energética continuó con «Cuando respiro en tu boca», un momento electrizante acompañado por saltos del público. El teatro resonó con aplausos para «Mil caminos», una actuación entusiasta que culminó con un coro a capella de «Al final de mil caminos», marcando el cierre apoteósico del concierto. Aunque «Sembrando en el mar» podría haber sido el epílogo perfecto, Lucybell regaló a su público una interpretación final, generando aplausos y agradecimientos humildes por parte de la banda.

Un triunfo para el rock nacional
La jornada se erigió como un extraordinario tributo al rock nacional a manos de dos veneradas bandas chilenas. Lucybell deslumbró con un repertorio cargado de éxitos, un despliegue escénico impresionante y la personalidad arrolladora de Claudio Valenzuela.
Pettinellis por su parte, destacó con su distintivo sonido, aunque con menor interacción, logrando conectar con la esencia musical que ha acompañado a muchos a lo largo de su juventud.
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El Teatro Coliseo, una vez más, fue testigo de una noche de culto inolvidable, marcando un triunfo rotundo para el rock nacional, que resuena con más fuerza que nunca en la escena musical actual. Un evento que, sin duda, quedará grabado en la memoria de todos los presentes.
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Agradecemos a la productora Transistor por la invaluable oportunidad de ser parte del evento.