REVIEW CONCIERTO | Non Serviam en la noche eterna: un ritual de metal con Sikario y Rotting Christ en Sala Metronomo

Rotting Christ, con más de 35 años de carrera, se ha establecido como una de las bandas más influyentes en el género del metal extremo. Su presentación en la Sala Metronomo de Santiago fue una auténtica celebración de su legado musical. La noche iba a ser inolvidable y lo fue. La banda griega demostró su maestría y pasión en el escenario, además de ofrecer a sus seguidores un viaje a través del tiempo al repasar éxitos de algunos de sus discos más emblemáticos.

Francisco Aguilar A / @franciscoaguilar.ph

Cada álbum representado en el setlist destacó una faceta diferente de Rotting Christ, desde la intensidad oscura de «Kata ton daimona eaytoy», pasando por la riqueza sonora de «Aealo» hasta las reflexiones filosóficas de «The Heretics». Sin embargo, la nostalgia alcanzó su punto máximo con álbumes como «Thy Mighty Contract», «Triarchy of the Lost Lovers» y «Non Serviam», los cuales no solo definieron el sonido de la banda sino que también contribuyeron a dar forma al género. «Rituals», con su atmósfera envolvente y litúrgicamente oscura, demostró también la continua evolución de Rotting Christ demostrada en Sala Metrónomo.

La tarde del viernes 23 de febrero, entre las 7:15 a las 7:30 de la noche, lo sorprendente no era solamente la expectativa de ver al plato principal de la noche, sino también el considerable número de personas que ya se habían formado en fila para entrar a la sala. 

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La temprana congregación de fans era poco usual, lo cual es poco común en conciertos de este tipo donde la audiencia no llega temprano para apoyar a la banda nacional. No obstante, la situación fue diferente. La gente había sido movilizada a llegar mucho antes por la anticipación del evento completo, indicando que la noche prometía ser especial.

El espectáculo arrancó pasadas las 20:00 horas, inaugurado por Sikario, la destacada banda nacional. Con más de una década sobre los escenarios, demostraron desde el primer riff por qué el metal chileno goza de un reconocido y justo prestigio. A través de una fusión impecable de técnica y brutalidad, su performance no solo capturó la atención de todos desde el inicio sino que también confirmó el gran nivel y calidad del metal chileno. La mezcla de death metal con elementos de grindcore en su setlist no dejó a nadie indiferente, evidenciando que Sikario es una fuerza a tener en cuenta y considerar dentro de la escena.

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Llevo muchos años siguiendo al metal chileno, desde tocatas en locales pequeños hasta conciertos callejeros y ver a bandas como Sikario alcanzar un nivel tan alto, siendo constantemente reconocidos por su brutalidad, realmente me llena de alegría. Es gratificante ver que una banda no solo es capaz de entregar calidad musical que incita al headbanging, sino que también mantiene un sonido brutal que resuena con el público. 

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La actuación de Sikario en este concierto no fue la excepción; su presencia en el escenario y la forma en que su música conectó con todos nosotros fue un claro testimonio del talento y la pasión que define al metal chileno.

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Los nacionales no dejaron lugar a dudas sobre su calidad, desplegando un repertorio que incluyó temas como «Evil Glass», «Rotten Head», «Mother Wake Up», «Judgement in the Purgatory», y cerrando con «Disavowal»

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Ver al público completamente entregado a la música, con el headbanging constante y el apoyo incondicional, fue realmente gratificante. Pero lo que más destacó fue la reacción de aquellos que, tal vez, no estaban familiarizados con Sikario hasta ese momento. Observar a algunas personas, escuchar comentarios entusiastas como el clásico «la wea wena, no los cachaba» alrededor, es signo de que la banda, es calidad y brutalidad. Ese reconocimiento espontáneo, ese descubrimiento en vivo de su brutalidad y técnica, encapsula la esencia de lo que hace a los conciertos de metal una experiencia siempre de disfrutar, pero también de conocer y sorprenderse.

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Con el cierre del show de Sikario, el escenario se sumió en una fase de preparación y ajuste final del sonido. La anticipación crecía mientras el equipo técnico afinaba cada detalle para lo que prometía ser una noche memorable. 

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Pasadas las 21:00 horas, la sala se oscureció brevemente, marcando el inicio del ritual que celebraría más de 35 años de legado musical de Rotting Christ. La atmósfera se cargó de expectativa cuando los primeros compases de la introducción resonaron en el recinto, seguidos por los riff demoledores de «666». El viaje a través de tres décadas de música que ha definido a Rotting Christ como uno de los pilares del metal extremo comenzó.

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El concierto de Rotting Christ irrumpió con fuerza desde el primer momento, liberando la intensa energía que había entre la multitud. La banda inició su setlist con «666», marcando el comienzo de un viaje musical que prometía ser inolvidable. 

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A este le siguieron temas emblemáticos como «P’unchaw kachun – Tuta kachun», «Demonon Vrosis», «Kata Ton Daimona Eaytoy», «Apage Satana», y «In tue Name of God», cada uno recibido con fervor por los fans. La conexión entre Rotting Christ y el público fue instantanea, evidenciada por el entusiasmo con el que los seguidores corearon las letras, se entregaron al headbanging y se sumergieron de lleno en cada momento del espectáculo.

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La energía en la sala se mantuvo en lo alto mientras los griegos transitaban hacia la segunda parte de su setlist, una selección de temas que profundizó aún más en su rica historia musical. 

La banda llevó a sus seguidores a través de una diversidad de eras y sonidos con «Pix Lax Dax», «King of a Stellar War», «Archon», «Non Serviam», «Societas Satanas», y «In Yumen-Xibalba». 

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Cada canción era una pieza del mosaico que ha construido la identidad única de Rotting Christ a lo largo de los años. Este segmento del concierto no solo destacó la versatilidad de la banda, sino que también reafirmó su maestría en las narrativas oscuras y melodías envolventes que capturan la esencia del metal extremo.

Pasadas las 22:00 horas, Rotting Christ culminó su impresionante actuación con tres temas emblemáticos que resonaron profundamente entre los asistentes: «Grandis Spiritus Diavolos», «The Raven» y «Noctis Era». Estas canciones, cargadas de intensidad y maestría, sellaron una noche de celebración y pasión musical.

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Culminado el primer setlist, Rotting Christ dejó el escenario solo para regresar momentos después, capturando la atención de todos. Con una pregunta directa al público sobre si deseaban escuchar un tema más, la anticipación se disparó. Respondiendo al clamor unánime de los fans, la banda decidió no solo conceder esa petición sino ir más allá, ofreciendo dos temas más como broche de oro de la noche. El encore estuvo compuesto por «The Sign of Evil Existence» y «Fgmenth, Thy Gift».

A medida que las últimas notas de «Fgmenth, Thy Gift» y «The Sign of Evil Existence» resonaban en la Sala Metronomo, quedaba claro que Rotting Christ había transformado este concierto en algo más que una simple presentación en vivo; fue una verdadera congregación. Esta noche, más allá de ser un repaso por más de tres décadas de trayectoria, fue una celebración de la comunidad y el legado que la banda ha cultivado a lo largo de su carrera.

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En cada riff, en cada coro y en cada mosh, los asistentes no solo disfrutaron de una banda en su mejor momento, sino que también fueron parte de «Rituals» y «The Heretics», viviendo en carne propia la «Non Serviam» actitud que define a Rotting Christ. La banda, como maestros del «Thy Mighty Contract» que han establecido con su audiencia, demostró que más allá de la música, su legado es la unión y la fuerza que generan juntos con sus seguidores.

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 Así, con el eco de «Noctis Era» desvaneciéndose, no solo concluyó un concierto, sino que se reafirmó la promesa eterna de Rotting Christ: ser una fuerza imparable en el mundo del metal. La «Aealo» de sus himnos permanecerá en los corazones de quienes estuvieron presentes, recordándoles que, en cada encuentro, son parte de algo mucho mayor que la música: son parte de una familia, una comunidad, una congregación unida por el poder transformador del arte.

Agradecimientos a Francisco Aguilar A / @franciscoaguilar.ph por las fotografías del show y a Spider por la invitación a un verdadero ritual como fue Sikario y Rotting Christ.

 

 

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