Por: Aarón Vergara / @emb3r.spirit
Fotos: @rignacio.ph
La agrupación conmemoró su larga trayectoria en Estación Mapocho
Son pocas las bandas chilenas que trascienden tanto en el cancionero nacional cómo lo hace Sol y Lluvia. Sus himnos, que siempre han reflejado la realidad social desde la resistencia con melodías dulces y letras poderosas, son cantados a todo pulmón por una fanaticada que invita a diversas generaciones a unirse en una sola voz. La noche de este sábado 20 de abril no fue la excepción, pues la celebración de estas más de 4 décadas creó un ambiente carnavalero de principio a fin en la Estación Mapocho.

Pasado las 6 de la tarde, los asistentes recibían cariñosamente a Flor De Bronces, banda que por más de 13 años ha estado haciendo música junto a bellos bailes nortinos en los barrios. Con sus celulares en mano los más entusiastas que se veían con poleras de Victor Jara, Salvador Allende, Los Jaivas, Violeta Parra, Sol y Lluvia y más, los seguían fielmente por cada uno de los sectores en los que se movían. Incluso se pasearon entre los que estaban más cercanos al escenario para hacer sus bailes típicos e irse con una bien recibida versión batucada de “Alzando El Vuelo”.
Mientras el retumbar de los bombos, platillos, vientos y tarolas se alejaba cada vez más, La Chimbiroca Orquesta-Circo comenzaba su presentación con un estilo a medio camino entre lo funk y lo cumbiero. Como ellos mismo lo dijeron, “sin payasos no hay fiesta” y vaya que animaron al público que aumentaba exponencialmente a medida que su presentación avanzaba.

La fusión entre la música y el espectáculo circense, con su buena dosis de humor, jugueteo con el público y trucos -que hasta incluyeron un número de monociclos y malabares-, fue la clave para contagiarnos con la gran energía que desprenden en el escenario. Supieron dar un espectáculo entretenido y una propuesta interesante en sólo 45 minutos de presentación.
El reloj avanzaba y con cada minuto que se le sumaba a las 8 de la tarde, los miles de asistentes que ya se congregaban a esa hora empezaban a perder un poco la paciencia. Aunque los ánimos se calmaban gracias a los múltiples himnos que uno a uno resonaba en los parlantes. Desde “Lejos del Amor”, “Todos Juntos”, “El Baile de Los Que Sobran”, “El Derecho de Vivir En Paz” e incluso “Matador”, todos eran bien recibidos y cantados con fuerza.

Los gritos y ovaciones no se hicieron esperar cuando dos de los que comenzaron esta historia hace más de 40 años atrás entraban al escenario. Con su guitarra acústica en mano, Amaro Labra conquistaba con una voz que pareciera ser impoluta al paso del tiempo. Por primera vez en más de 20 años veíamos a Charles Labra junto a él en la batería, una que destacaba por sus percusiones indígenas y que le dieron un sonido especial a “La Vida Mía”, la encargada de abrir el show. Pero este hermoso recorrido musical no podía estar completo sin Jonny Labra en el bajo quien prontamente se unió en la cuarta canción.
La formación histórica nos regaló bellas canciones cómo “Que Diga Na’”, “Y Verás La Luz” y “Voy a Hacer El Amor”. Trajeron el sonido nostálgico para quienes los disfrutaron en su época y demostraron que el talento junto con la música es algo que llevan en la sangre. Incluso el propio Charles se dio el tiempo de confesar que no había tocado estos instrumentos por más de 20 años, pero la verdad es que no se lo notó.

Además de darle un sonido único a sus canciones, su sincronía en el escenario le daba mayor potencia a los clásicos inmortales que tempranamente llegaron. “Alzando el Vuelo” era cantada con fuerza, mientras que “En Un Largo Tour” junto a “El Emperador” y “Para Que Nunca Más” desataron uno de los momentos más poderosos y bellos de la noche. Miles de puños se alzaron para cantar aquellos icónicos coros. Fue con esta última que se cerraba este espacio histórico con el que nos regalaron hermosas canciones que tantas emociones afloraron en los presentes.
La cosa estaba lejos de terminar, el espectáculo siguió por más de dos horas y media junto a la formación actual -y bastante juvenil- que tiene Sol y Lluvia en la actualidad. Al comando de Amaro, rápidamente nos deleitaron con “Gorrión de Amor”, “Cantaron Los Pájaros”, “La Certeza” o “Vox Populi”, que enriquecieron con segmentos en los que brillaron Francisca en el trombón y Diego en la batería. Increíblemente, pese a todo lo que tradicionalmente se dice de la acústica de este recinto, no se escuchó mal ni en la parte frontal ni trasera, algo que realmente se agradece

A medida que iban pasando estas bellas canciones, en la pantalla se veía como algunas tenían su respectiva gráfica y título en grande. También, de vez en cuando se colaba una foto en negativo de su legendario casete en los que se podía leer “Largo Tour-Lonquén-Para Que Nunca Más-Adiós General-La Vida Mía y Vox Populi”, los clásicos que tanto resonaban en los barrios hace años atrás. “La Amiga de Ayer”, “Organizando”, “Prestado el Sol”, “Armas Vuélvanse a Casa” y “Espíritu Santo” preparaban la parte final de una extensa y pulcra presentación. Tal y como el propio Amaro lo decía, no podían cerrar esta jornada de otra manera que no fuera con “Adiós General”, tal como lo hacían en los primeros años de resistencia.
Las voces se unían en un mismo grito, “¡Adiós Carnaval, adiós General!” resonaba en cada rincón de la Estación Mapocho y los míticos vientos nortinos del tema desataron una fiesta total en la parte más cercana al escenario, lo que también se repetía al final del recinto. Cuando pensábamos que todo había terminado, e incluso habiendo varios que ya se estaban retirando, la banda sorprendió interpretando nuevamente “En Un Largo Tour”, un clásico que no nos cansamos de escuchar, sobre todo cuando es en vivo. Con esto y con un setlist de más de 20 canciones a sus espaldas la jornada fue cerrada.

Sin duda que lo de anoche fue un bello homenaje a la larga trayectoria de una banda que siempre ha estado presente en los barrios, con canciones icónicas que se han convertido en himnos de lucha en diversos puntos de la historia de nuestro país. Sol y Lluvia es de esas agrupaciones históricas y trascendentales para la música chilena pues su conciencia social es una que los ha llevado a crear letras poderosas que de seguro han sido cantadas por todos alguna vez en su vida.

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