Los dirigidos por Matt Tuck sacan un álbum que se escucha familiar pero a la vez nuevo, se nota la mejora musical y en producción pero las canciones son parecidas al primer disco y de una buena manera.
Los temas tienen coros fáciles de cantar y aprenderse, que es clásico de esta banda, pero se vuelven un poco más complejos a nivel de los instrumentos y esa mezcla da un sólido resultado.
«No Way Out» es el primer tema y se nota de inmediato la familiaridad de los estilos en las voces con lo nuevo a nivel de batería y riffs de guitarra, esta primera canción es brutal y de entrada te vuelan la cabeza.
La canción «Venom» trae la parte más nueva y un poco experimental de la banda, con sonidos más electrónicos, aunque conservando la esencia metalera de la banda, se crea esta casi balada con mucha potencia.
«Skin» por otro lado trae ese lado más clásico de inicios de los 2000 de la banda, riffs potentes, la mezcla de los dos estilos de voces, un clásico tema metalcore, que está bien colocado dentro del tracklist.
Mi tema favorito es «Pariah», esta canción a pesar de que es metalcore, el intro posee un aire a thrash y eso te pone en un estado que es imposible no mover la cabeza cuando el tema empieza.
Que la banda saque un disco como este a estas alturas de carrera es muy bueno porque se siente viejo, apelas a tus fans más hardcore pero también innovas y llamas a nuevos fans a escuchar tu música.
Por: Ignacio Bataller