Rings of Saturn regresó con un nuevo álbum el año pasado, el cual muestra que el cambio de integrantes no afectó el trabajo de Lucas Mann y compañía,ya que lograron sacar uno de sus mejores lanzamientos hasta ahora.
“Gidim” es el nombre de este disco que desde el primer tema te muestra el tono que tendrá este trabajo en los siguientes temas, muchas notas tocadas a una alta velocidad, y así logran mezclar el deathcore con elementos del metal progresivo y con la sorpresa de varias colaboraciones que lo único que hacen es elevar la calidad del álbum.
El primer tema que destaco es “Pustules”, en donde colaboran con Charles Caswell y como mencione anteriormente este es un perfecto sample de lo que se escuchará en todo el disco, en cuanto a como está armado y la experimentación dentro de este.
https://www.youtube.com/watch?v=-1Dxndo4pjg
La siguiente canción que destaco es otra colaboración, me refiero a “Hypodermis Glitch” junto a Dan Watson, la guitarra toca tan rápido que parece banda sonora de algún juego tipo Castlevania clásico, ya en otras secciones sale a la luz la influencia Meshuggah, la mezcla es algo parecido al Nintendocore, pero con mucha mejor calidad.
Siguiendo con las colaboraciones, uno de los temas épicos del album es “Tormented Consciosness” junto a Yo Onityan, acá se escuchan cosas de metalcore con algunas Groove, pero la base es la misma de las canciones anteriores, la consistencia entre canción y canción se mantiene.
Si eres un fanático extremo de los soundtrack de los juegos de Nintendo antiguos, la canción que mencione anteriormente es para ti, pero esta que destaco ahora, que lleva por título “Mental Prolapse” es aún mejor y a pesar de tener más armonía que “Hypodermis Glitch”, este no pierde para nada lo brutal.
https://www.youtube.com/watch?v=ZDK7Q9iwD3I
Rings of Saturn muestra un alto nivel de producción con este álbum, bien mezclado y editado, todos los temas suenan limpios y brutales, con este álbum y su exploración dentro del área mas extrema del metal, más grande se hará su nombre dentro de la actual escena.
Por: Ignacio Bataller