Reportaje| Los tratos nocturnos

 

En Santiago se están incrementando diferentes atracciones nocturnas. Esto se acompaña al crecimiento en la música chilena. Entre martes a sábado, lugares como Bar de René, MiBar, Bar Loreto, Onaciú, Bar Grez, La Chimenea, abren sus puertas a las bandas nacionales.

Durante el transcurso de los años se han creado espacios que cumplen buenos estándares de calidad y otros que necesitan desarrollarse. Según algunas historias de músicos, en los comienzos se les remuneraba con un par de cervezas, o simplemente, iban a probar a suerte. Ahora la realidad ha ido cambiando, pero cada lugar tiene sus diferentes formas de tratamiento hacia las agrupaciones.

La bohemia musical

En el Barrio Italia hay una diversidad de locales, uno de ellos es el Bar de René, refugio de los amantes de la música junto a las cervezas. Según el dueño de este lugar, los tratos han ido cambiando y han mejorado durante el tiempo. “La entrada es para la banda y nosotros no tocamos su dinero. Somos transparentes. El control del acceso al bar lo deben manejar ellos”, según René González.

Este formato es similar al de MiBar. Su dueño, Felipe Vuletich, en las ganancias de los eventos “no descuento nada. El total de los ingresos es para la agrupación. Mi política es nunca cobrarles por tocar”. A esto se le suma la opinión de Ignacio Paz, conductor de Chile on the rock, expresa que “hay locales longevos que te cobran hasta porque entraste”.

Es una realidad que se ha vivido en diferentes lugares. En ocasiones, los músicos se presentan en sitios donde el sonido es de baja calidad o no existe preocupación por su presentación, pero la responsabilidad va de parte del lugar y de los grupos.

En definitiva, a veces que las agrupaciones nuevas, o incluso quienes tienen larga trayectoria en el circuito, deben limitarse a tocar en eventos de bajo calibre o condiciones abusivas que los perjudican a ellos y a sus pares.

“Hay varias historias donde los músicos llenan el lugar y ganan diez lucas ya que solo eran invitados”, relata René González. Como algunas anécdotas donde las agrupaciones tocaban por un par de cerveza, o simplemente, “amor al arte”.

En ocasiones las bandas se presentan gratis, pero es decisión de la agrupación. Algunos lugares poseen diferentes formatos de liquidación, o siguen la dinámica de las cebadas. Todo depende del lugar.

El creador del Bar de René dice “esperamos que las bandas sostengan el mando para que vean que no dejamos entrar a nadie gratis. Informamos a los músicos de las entradas de forma transparente”. Otros sitios poseen la misma dinámica de René, teniendo un formato de pago base hacia los músicos, como en Bar Loreto u Onaciú.

Sin embargo, en algunas tocatas ocurre una baja asistencia del público. “Hay cosas que cubrir, y de repente la banda te lleva cinco persona. Allí el local se va a pérdida. En MiBar estamos hinchando a las bandas para que realicen publicidad para mejorar la asistencia”, señala Felipe Vuletich.  

Desde otra visión, González relata “nosotros somos una ventana más, aportamos con las herramientas que tenemos para ir empujando la escena de la forma más honesta posible. Siempre otorgando al músico el mayor respeto con las mejores condiciones”. Por otro lado, el dueño de MiBar, dice que las agrupaciones “agradecen bastante nuestros tratos”.

Los bares se han vuelto un importante albergue para los músicos. René González, comenta “somos un aporte. La música chilena se la puede. Tienen que darle espacio y buenos tratos a la escena porque se lo merecen”.

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