Por: Kevin Fuentealba Mol / @_nothingman._
Fotos: Mariano Beuses / @mariano_beuses
¡El Teatro Coliseo de Chile se convirtió en el epicentro de emociones desbordantes y energía vibrante el pasado Jueves 07 de Diciembre! Fue el debut tan guardado de You Me At Six, una noche que resonará en la memoria de sus fanáticos durante mucho tiempo. La espera valió la pena cuando la banda finalmente iluminó el escenario con la frescura de su último álbum, «Truth Decay», fusionando canciones novedosas y clásicos anhelados que tardaron 15 años en llegar a nuestros oídos.
Peor es nada: mejor que todo.
La entrada en escena de Peor es Nada marcó el prólogo de una noche que prometía ser mágica. Desde las 20:00 horas, esta banda chilena se erigió como la chispa inicial que encendió la pasión del público. Su energía no conoció límites, convirtiendo el ambiente en un momento de emociones.

Los poderosos riffs de sus guitarras y los ritmos acelerados se fundieron en una sinfonía contagiosa que resonó en cada rincón del recinto. Canciones como «Tal Vez», «Crecer», «Detén el Tiempo» y «Tiempo para Dos» fueron el vehículo de esta conexión íntima con los espectadores. Entre bromas y agradecimientos, su actuación se extendió por casi media hora, dejando al público en un estado de euforia que vibraba en anticipación por lo que estaba por venir.

You Me At Six: energía y emoción
Con la oscuridad y la expectación en aumento, You Me At Six emergió pasadas las 21:00 horas. Entre luces rojas y el poderoso redoble de la batería, la banda arrancó con «Deep Cuts», destacada del último álbum, seguida de «Fresh Start Fever», momento en el que los fans alzaban carteles conmovedores proclamando «You’re just someone to the world but you’re the world to us«, un instante que selló la emoción desde el inicio.

El grupo no titubeó al interpretar «Straight to My Head» y «heartLESS», recibiendo una bandera chilena que Josh Franceschi colocó cerca de la batería, y luego entregaron con fervor «Lived a Lie», momento épico donde la audiencia entonaba a todo pulmón ”We are believers», en un espectáculo sin respiro.
Franceschi se conectó con el público expresando, «Es un honor estar por primera vez aquí en Chile», antes de lanzarse con «Bite My Tongue». «What’s It Like» trajo un tono más reflexivo, mientras que «No Future? Yeah Right» emanaba una energía rebelde, con destellos de luces y saltos incesantes en la audiencia.

Tras un breve receso para ajustar instrumentos, continuaron la noche con «Give», Franceschi descendió entre el público para interpretar la canción rodeado de una masa respetuosa y emotiva, generando un momento de inmensa cercanía y emoción. La banda luego entregó «Stay With Me» y «Mixed Emotions (I Didn’t Know How to Tell You What I Was Going Through)», marcando una fase más melódica y reflexiva, pero cargada de sentimiento.
Franceschi se sumergió aún más en el ambiente, expresando su gratitud por estar en Chile y haciendo un llamado a dejar fuera del recinto toda tristeza y enojo antes de presentar «Take on the World». Las luces del escenario se desvanecieron gradualmente, cediendo el protagonismo a la luz del público, una imagen tan emotiva que capturó Daniel Flint, el baterista, inmortalizando el momento en una postal que resonará en los corazones de los presentes por mucho tiempo.

La complicidad entre la banda y su audiencia alcanzó su punto más álgido, creando un vínculo único que trascendió lo musical para convertirse en un momento de comunión emocional.
Como un regalo para la efervescente audiencia, la banda accedió a la petición de interpretar «No One Does It Better», únicamente con Franceschi y Chris Miller, guitarrista del grupo, generando un momento único antes de tomar un merecido descanso.

El encore llegó con la expectación palpable, con la banda regresando para cuatro canciones más, iniciando con la poderosa «SUCKAPUNCH«, donde el vocalista desató la locura vistiendo la camiseta de la selección chilena, provocando una ovación ensordecedora.
El clímax de la noche se materializó con «Underdog», desafiante y enérgica, coreada a todo pulmón por la audiencia, convirtiéndose en un himno del grupo. Continuaron sin pausas con «Reckless», conectando con la energía del lugar.
Tras las interpretaciones anteriores, el público entonó el clásico «mijito rico» mientras Franceschi bailaba al ritmo. En un tono humorístico, agradeció al público y luego interpretó «Beautiful Way», la canción final del show, para despedirse con ovaciones y sensaciones positivas en el recinto.

Extasis músical y un debut inolvidable.
El concierto de You Me At Six no solo fue el debut soñado, sino una experiencia íntima y enérgica para sus fanáticos, demostrando que la espera de 15 años valió totalmente la pena. Con un escenario minimalista pero colmado de la inmensa energía de la banda, ofrecieron un conjunto icónico de canciones nuevas y sorpresas, dejando una impresión positiva imborrable.
La banda, vestida inicialmente de manera semiformal, derrochó talento en el escenario con un sonido impecable y una voz que desafía el tiempo.
El público, que incluyó a fanáticos internacionales provenientes desde Argentina, disfrutó de un espectáculo sólido y enérgico, consolidando la noche como una experiencia especial. Los 15 años de espera valieron completamente la pena y dejaron a los espectadores ansiosos por la promesa de un regreso de la banda a nueva casa.
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Agradecemos a la productora Transistor por la invaluable oportunidad de ser parte del evento.