Si a principios de los 80 Bad Religion iniciaba la segunda ola del punk, a finales de esa misma década bandas como The Offspring ayudaban a seguirla y hacerla cruzar a los 90. El disco homónimo de los comandados por Dexter Holland es buen disco pero su impacto en el genero lo hace legendario.
Se nota que es el disco debut, tiene ese típico sonido sucio, mostrando la no tan grande producción, pero para esa época sonaba más que bien, se escucha desde el primer minuto el sello de The Offspring en tan solo 10 canciones logran construir el camino hacia una carrera exitosa.
«Jennifer Lost The War» es la primera canción del álbum y a ratos se siente como una canción de punk de los 70 pero ciertas partes de batería y la voz de Dexter la hacen más moderna, tiene la esencia del punk en la velocidad pero tiene el elemento que la hace nueva, que es clave para mantener vivo el género.
Me gusta la anticipación que genera el intro de guitarra con bajo en el tema «Crossroads». El bajo suena fuerte y domina, parece progresivo, mientras la guitarra hace riffs poco comunes en el punk, ya que, los intros dentro del punk son prácticamente inexistentes.
En «Tehran» me gusta la libertad que The Offspring tiene para dejar que los riffs de guitarra y bajo sean cualquier cosa, pero que suena bien y va acorde a la letra y estilo del tema, es algo que diferencia a esta banda de las demás.
«Blackball» supera los tres minutos y si un tema punk no es corto entonces tiene que tener algo interesante. The Offspring lo logra haciendo las canciones extremadamente pegajosas, es algo que se repetirá en futuros discos.
En 2019 esta banda es una de las más importantes que hay, este disco inició ese camino. Desde el primer momento uno nota que The Offspring llegará lejos y si esa la reacción entonces uno tiene un sólido debut.
Por: Ignacio Bataller